jueves, 24 de noviembre de 2016

Reencuentro.

Llegas tristeza
serás bienvenida,
¿te apetece algo?
Toma asiento por favor.
¡Espero que estés cómoda!

¿Tienes frío?
Tienes razón, hace frío...
¡No lo puedo remediar!
Si no tú no estarías aquí
y yo no estaría tan triste,
tristemente seca.

Yo querría humedecer tus labios
tan áridos como los páramos.
Yo querría tomar tu rostro
y amarlo, amarlo con fuerza;
con el alma, con mi piel.
Yo querría firmar la paz,
poder bajar la guardia
y sumergirnos juntas en un pozo sin fondo,
pero me juego la muerte.

Yo tendría el placer
de invitarte a mi vida,
pero no te quieren allí,
no quieren entender
que también el desierto
esconde sus oasis
y que el sol invita a la lluvia.

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