martes, 15 de marzo de 2016

A UN ESCRITOR.



Mi pluma llevaba tanto tiempo seca,
Clavándo su afilada punta en mi piel,
Pidiéndome más sangre para revivir.
-No podemos continuar dibujando este abismo,
Estas heridas que no cicatrizan me están matando.
Es necesario llorar lo vivido
Y sufrir la sinrazón del llanto. 

La pluma tiritaba en el frío suelo.
-¡Ya no quedan más palabras pluma fastidiosa!
Ya llegó la luna oronda,
Mística, llena toda de sueños rotos. 
Ya la vida se detienen en el suspiro de la noche...






Pero hoy florece el sol en mi ventana, 
El aire verde se filtra entre la música
Y hace temblar el solitario café sobre la mesa.
La guitarra me habla de nuevo 
Y la pluma, 
Aérea cual orquídea
Se levanta inquebrantable
Bostezando el sueño de la vida. 





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