martes, 8 de septiembre de 2015

Humo

Y dime,
¿dónde quedo yo en medio de todo este caos?
Esta vida asfixiante,
esta incomprensión del mundo.
No saber,
¡no saber nada aterra!

Y quizás el amanecer traiga flores sin lágrimas,
ojalá
que el rocío no nos queme la piel en nuestro despertar.
Ojalá
que la ilusión nos desgarre
y la luz...
¡Oh la luz nos cegará!
Andamos con los ojos tapados,
cada paso es un despertar.
Y subimos los peldaños con miedo a caernos,
a quedarnos encerrados entre el subsuelo y el cielo;
allí,
allí nada existe,
nada importa.
Allí solo habita la tristeza
y guarda al más allá con sus tres cabezas;
en la frontera de la conciencia y la locura el tiempo se esfuma...
A caso solo sea el humo de la axfisia lo que nos guía en la vida,
una nebulosa tenue que nubla la realidad
y nos castiga con la ausencia



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